viernes, 8 de junio de 2012

NUNCA ES TARDE PARA HACER JUSTICIA


84 años después el Sevilla FC cumplió con un acta de una asamblea, en la que se acordaba levantar un mausoleo en memoria de Paco Alba, Spencer y Juan Tornero.

Al fin y al cabo se trataba de poner las cosas en su sitio. Tarde, pero en su sitio y con el boato que merecía la ocasión. Nadie sabe por qué lo que tuvo que ser no fue hasta hoy, este viernes 8 de junio, justo 84 años después. Pero lo que cuenta es el ahora y así lo quiso transmitir el Sevilla FC, organizando un acto repleto de emociones en el que se cumplió el acta de una asamblea de 1828, fechada en 8 de junio, en la que se acordaba crear un mausoleo en memoria de Paco Alba, Spencer y Juan Tornero en un lugar preferente del estadio que estaba por construirse, el Viejo Nervión.

Sin embargo, aquel mausoleo no llegó, ni siquiera con el nuevo campo, el Ramón Sánchez Pizjuán hasta ahora, bien entrado el siglo XXI. Familiares directos de Paco Alba y Enrique Gómez, futbolísticamente conocido como Spencer, vivieron un verdadero acto de justicia en el vestíbulo de la Puerta de Cristales del Ramón Sánchez Pizjuán.

Por fin vieron cumplido un viejo anhelo que rescató del olvido el grupo de investigadores que componen el Área de Historia del Sevilla FC. Fueron ellos los que recabaron el acta que cercioraba el homenaje debido y los que transmitieron su inquietud al presidente Del Nido, quien no dudó en poner en marcha la elaboración del mausoleo.



Y el mausoleo se levantó. Y luce en el primer descansillo de las escaleras que llevan del vestíbulo al Palco de Honor, en una zona preferente, tal y como establecía el famoso acta de 1928, que el Presidente regaló enmarcado a Fernando Alba, sobrino directo de Paco Alba, y a José Luis Garrido, sobrino lejano de Spencer.

Ambos, junto a sus familiares, quedaron estupefactos con la excepcional obra de mármol y bronce en la que quedan inmortalizadas tres figuras imprescindibles en los inicios del Sevilla FC. Paco Alba, jugador y presidente de la Entidad, redactor de sus nuevos estatutos… Spencer, talento natural en la delantera, primer internacional andaluz… Y Juan Tornero, mediocentro líder del Sevilla de los primeros títulos, capitán de su tiempo. El Maestro Araujo, que presentó con su habitual brillantez el acto, bromeó con Del Nido.

“Presidente, descubra usted el mausoleo, que hemos esperado ya 84 años”, le dijo, invitándole a inaugurar la magnífica obra. Y el Presidente, acompañado de los sobrinos de Alba y Spencer –los de Tornero no pudieron ser localizados- destapó con gusto el mausoleo. Tarde, pero realmente a tiempo, porque nunca hay retraso cuando se rescata de la máquina trituradora del paso de los años a esos héroes que ahora tienen nombre y digno lugar, pero que nunca dejaron de serlo.


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